En 2015, los índices señalan que es más seguro viajar a San Pablo.
Una de las preguntas más recurrentes que surgen entre los turistas que desean viajar a Brasil está relacionada con la seguridad que nos ofrece el país. Esta pregunta -o miedo- se hace más evidente cuando el destino elegido es una ciudad grande. Así, a diario recibimos correos electrónicos preguntándonos si es seguro viajar a San Pablo o Rio de Janeiro.
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No se trata de una pregunta caprichosa o carente de sentido. Cuando decidimos viajar de vacaciones, procuramos un destino que nos ofrezca calidad en todos los servicios, como puede ser una buena infraestructura hotelera, gastronomía diversa y de calidad, atención al turista amable y una recepción hospitalaria. Pero aún con buen nivel de atención y servicios orientados a los turistas, la seguridad resulta de extrema importancia.
En este contexto, cuando decidimos viajar a San Pablo -o a cualquier ciudad de Brasil- la seguridad se transforma en un punto crítico en la decisión. Y este 2015 nos ha recibido con una excelente noticia, que nos permite soñar con un Brasil más seguro.
Como todas las grandes ciudades del mundo entero, las ciudades grandes de Brasil no escapan al problema de la inseguridad. En otras palabras, al viajar a San Pablo deberás tomar los recaudos que sueles tomar en cualquier otra gran ciudad del mundo. Aunque -en algunos casos- extremar las precauciones resulta altamente recomendable.
Sin embargo, de acuerdo con datos divulgados por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de San Pablo, en 2015 se ha venido registrando una caída sensible en los índices delictivos; lo que significa que viajar de vacaciones a San Pablo es más seguro que -por ejemplo- en 2014.
Así, los robos en general, incluídos los de automóviles, iniciaron el año con una caída del 11,5% en comparación con enero de 2014. Si se analiza los robos en general sin incluir los automóviles, el descenso en el índice trepa a 15,3%. Los robos de vehículos ha descendido por 8 meses consecutivos, alcanzando una caída del 18,8% y el número de asesinatos cayó 13,4% en el mismo período.
