Viajes a Rio de Janeiro más limpios
publicidad
En las playas de Brasil deberás jugar limpio, al menos en las playas que visitarás cuando viajes a Rio de Janeiro. Si hoy transitas por las diferentes calles cariocas, podrás notar que existe -en algunos sitios- suciedad de diferente tipo, tales como envoltorios, latas de bebidas y demás residuos típicos de la vida en la ciudad moderna.
Tal vez con la intención de ofrecer una ciudad más limpia y disfrutable durante la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos, es que la Prefeitura tomó ciertas medidas para modificar esta realidad. Así, a partir del próximo mes de julio, quien juegue sucio, será multado.
En otras palabras, cuando viajes a Rio de Janeiro deberás mantener una conducta limpia y disponer los residuos en los diferentes contenedores que hoy existen y en los que se colocarán en el futuro próximo.
Los viajes a Rio de Janeiro sin basura en las calles
Para lograr el objetivo de disfrutar de una Rio de Janeiro más limpia, la Prefeitura de la cidade maravilhosa aplicará diferentes sanciones económicas, en virtud del tipo y tamañano del residuo que se arroje a la vía pública. Asi, si arrojas una lata de aluminio -típicas en las bebidas refrescantes y alcohólicas- deberás abonar una multa de R$ 157 (80 dólares aproximadamente).
Sin embargo, si el residuo que arrojas en tus viajes a Rio de Janeiro son más grandes que una lata de refresco, y ocupan un espacio de hasta un metro cúbico, serán pasibles de multas de R$ 392 (200 dólares aproximadamente). Si el residuo es más grande aún y ocupa más de un metro cúbico, pues la multa ascenderá a los R$ 980 (500 dólares aproximadamente).
De acuerdo con las declaraciones públicas realizadas por el Prefeito Eduardo Paes, las primeras zonas fiscalizadas será la zona Centro, posteriormente la Región Metropolitana y algunas zonas de los suburbios.
Atención, ya que si te niegas a colaborar con las autoridades competentes, ya sea brindando la documentación personal como abonando la multa correspondiente, tus viajes a Rio de Janeiro podrán tener un ingreso a las oficinas policiales.
Una medida que solemos escuchar se aplica en varios países europeos y que -en esta oportunidad- podremos conocer en persona en nuestros viajes a Rio de Janeiro.